miércoles, 15 de enero de 2014

TALLER DE POESÍA

APOLO Y DAFNE
 
HACE MUCHO TIEMPO
EN LA ANTIGUA GRECIA,
APOLO DE EROS SE VENGABA
DE FORMA MUY NECIA.
EROS SE CANSÓ
Y DE APOLO SE VENGÓ.
LE CLAVÓ UNA FLECHA A DAFNE
PARA ASÍ DESENAMORARSE,
Y OTRA A APOLO
PARA DE DAFNE ENAMORARSE.
DAFNE CORRÍA
CUANDO A APOLO VEÍA.
DAFNE SE CONVIRTIÓ EN ÁRBOL DE LAUREL,
Y APOLO SE LAMENTABA JUNTO A ÉL.
ESTA HISTORIA SIGUE VIVA,
Y YO DE ELLA SIEMPRE ME ACORDARÍA.


                                                             LARA GARCÍA




Apolo y Dafne

Hace mucho tiempo,

cuando cualquier dios discutía,
esta hermosa historia ocurría.  
Apolo de Eros se reía,
y Eros para vengarse,
una trampa le tendía.
Fue lanzarle una flecha
para Apolo enamorarle,
y otra a la bella Dafne,
para de Apolo desenamorarse.
Y así surgió la historia
de un amor imposible,
en la que Dafne corría
cada vez que a Apolo veía.
Un día, lo de siempre ocurrió,
pero Dafne fue lista y
ayuda a su padre pidió.  
Su padre la convirtió
en un árbol de laurel,
y Apolo cogió sus hojas,
y tejió una corona para él.  
Esa corona ha sido
parte de la historia,
para llevar a muchos dioses
hasta la gloria.
ÁLVARO

Apolo  y  Dafne
Apolo, dios del Sol,
se burlaba de Eros,
el dios del amor.

Eros se cansó
y un día se vengó.
Una flecha le lanzó,
que en el corazón le dio.

Apolo se enamoró
de una ninfa.
La ninfa cogía flores
de colores.

Dafne la ninfa,
recibió una flecha
de otro color.
Así  que a Apolo, esquivaba.
Cuando Apolo la seguía
ella de su vista desaparecía.

Un día la encontró,
pero ella no le vio.
En cuanto se acercó,
Dafne se marchó.

Apolo la siguió,
hasta que Dafne se cansó.
A su padre ayuda le pidió,
y en árbol la convirtió.

Cuando Apolo llegó,
comprendió que el árbol
era su amor.

Como era un laurel,
con sus hojas tejió,
una corona en su honor.
Y Apolo se la colocó.

 NATALIA


 
Apolo  y  Dafne
Es la historia de un amor,
que hace mucho tiempo sucedió,
habla de dioses, ninfas y flechas de amor.
Apolo, dios del Sol y de las artes,
de las artes y del Sol,
gran arquero, valiente,
vanidoso y caprichoso,
así era este Dios.
Eros inocente niño,
dios del Amor,
sus flechas eran poderosas y
las usaba sin temor.
Apolo de Eros se burló y
Eros enfadado su venganza planeó.
Dos flechas eligió.
La primera de ciprés y oro
a su enemigo Apolo lanzó.
La segunda era de bronce
y con ella a Dafne disparó.
Cada vez que Dafne a Apolo veía,
locamente ella corría,
y, un día, ya cansada,
a su padre pidió ser transformada.
En laurel se convirtió,
y desde entonces,
Apolo con sus hojas una corona lució.
LAÍN
APOLO Y DAFNE

                       
Había una vez unos dioses
que vivían en los bosques.
Y unas ninfas
que vivían escondidas.
Apolo, dios del sol y de las artes
arrogante hasta hartarse.
Eros, dios del amor,
una flecha lanzó
y Apolo de Dafne se enamoró.
A Dafne le tiró
Una flecha de desamor.
Apolo a Dafne perseguía
pero Dafne no le quería.
Dafne, con tanto agobio no podía
y a su padre con turbación
le pidió una solución.
La convirtió en un laurel frondoso,
al que Apolo abrazó
y del que nunca se olvidó.


LENA


APOLO Y DAFNE

El día de la venganza llegó,
porque Eros de Apolo se hartó.

Un día llegó el momento,
y cumplió su venganza contento.

Al lanzar las flechas Apolo
de Dafne se enamoró,
pero ella a Apolo odió.

Con sus puntas de bronce
y oro Eros logró hacerlo.


Apolo desesperado a Dafne siguió
porque si ella se lastimaba
a él su vida se le arruinaba.

Apolo no sabía ya que hacer,
cuando siempre la veía al amanecer,
ella huía sin nada que perder.

Dafne ya no sabía que hacer
y algo se le ocurrió,
a su padre, el dios del río Peneo, recurrió.

Ella le rogó que su rostro la quitara,

para que así, su sufrimiento terminara.

SARA




APOLO Y DAFNE

Apolo, el dios del sol,
de Eros se burló,
porque él siempre ganaba
en todas las batallas.

Eros harto se quedó
y de Apolo se vengó
enamorándole de Dafne
una ninfa del parque.

Con una flecha de oro
a Apolo enamoró,
y con una de bronce,
a Dafne desenamoró.

Apolo a Dafne perseguía,
pero ella siempre huía y huía.

Dafne se cansó
y a su padre le pidió:
- ¡¡Conviérteme en un laurel
para que deje de correr!! .

En árbol la convirtió
y Apolo solo se quedó.

Tejió una corona de laurel

para llevarla siempre con él.

LYDIA TEMIÑO