PEDRITO
Había una
vez un niño llamado Pedrito "Cuestabajoysinfrenos". Un día, decidió que quería
dar la vuelta al mundo montado en una castaña con alas. Así que, cogió su
castaña y su mochila, y empezó su aventura. El primer día fue muy tranquilo;
pero, por la noche, al dormir al aire libre, algo muy emocionante le ocurrió.
Estaba tan cansado, que enseguida se quedó dormido. El pequeño roncaba como un
camión. Así que, al abrírsele la boca , se le metió una luciérnaga. Cuando el
niño se despertó, se fue a lavar la cara y ….. ¡SORPRESA! ¡MENUDO SUSTO SE DIO!
¡PARECÍA UN ZOMBI! ¡TODA SU CARA ESTABA AMARILLA! Entonces , empezó a correr y
correr; corrió tanto y tanto…; sacó tanto y tanto la lengua…. que le llegó
hasta el suelo. Las hormigas que pasaban por allí pensaron que era una carretera que llevaba a una cueva; y , además ,
preciosa, grande y totalmente iluminada; por lo que la eligieron como su casita
para pasar el invierno pero cuando empezaron a traer todas sus provisiones, al caminar le hacían cosquillas a Pedrito con sus
patitas. ¡EL POBRE NIÑO NO PODÍA PARAR DE REÍR! ¡SE TIRÓ AL SUELO PORQUE NO
PODÍA AGUANTAR MÁS! Justo en ese momento, se le metió por el pantalón una
serpiente de polvos picapica. Estaba resfriada y, al estornudar, le extendió el
polvo por todo el cuerpo. Pepito no podía parar de arrascarse. Era tal el
picor, que tuvo que quitarse toda la ropa. Fue tan grande el último estornudo,
que movió a 500 elefantes que estaban allí jugando. Con tal mala suerte, que le
cayeron encima. Y el pobre chico, cuando pudo salir de allí, tenía bigote y
peluca hecha como de bolas grandes. ¡MENUDO PASTELÓN! ¡MENUDA PLASTA!¡MENUDO
OLOR!
¡FUE UN
VIAJE MUY DIVERTIDO! ¡SE LO PASÓ FENOMENAL!; y, además, consiguió su objetivo.
MIREYA 5ºB
EL PERRO TOBY
Había una vez un pequeño perro
llamado Toby que vivía en un refugio al norte de Burgos. El perro era tan
pequeño que le tenían que ayudar hasta para subir las escaleras de una casa.
Nadie lo quería por ser tan pequeño hasta que un día, una señora muy fea se
presentó en el refugio y lo escogió. Tan fea era la señora que Toby hasta se
asustó al verla. Le llevaron en un coche muy viejo y por el camino con más
curvas de todo el planeta, tantas que hasta Toby vomitó. Cuando se bajó del
coche vio una oscura y sucia casa, olía a podrido y en las paredes se dejaba
ver lo que antes era blanco y ahora negro por la mugre. Lo peor fue al entrar,
había una escalera de caracol y al fondo de ella una niña que tenía más chicles
en la cabeza que pelos y unas pintas horribles. El perro quiso salir corriendo
pero la niña bajó rodando las escaleras y lo cogió en brazos. Lo llevó a una
habitación lleno de posters de perritos y le colocó en una sucia y rota cama.
Toby pasó cinco días seguidos llorando más no poder. En la primera revisión
Toby se alegró tanto al ver a la cuidadora del refugio, que bajó las escaleras
y todo de un salto. La cuidadora pensó que no era un buen lugar, pero como en
el refugio Toby no era más que un peso, dijo que podía seguir viviendo allí
perfectamente. Al pobre perro no le sacaban a pasear. Tampoco le daban de
comer, pero a Toby tampoco le parecía tanto pedir un simple hueso. Toby al
final acabó tan loco que bajaba las escaleras con los ojos cerrados y hacia
atrás.
CELIA 5º B
JAIMITO Y SU VIDA
Había
una vez, en un pueblo perdido de la mano de Dios un niño llamado Jaime (alias: Jaimito).
Era pelirrojo, tenía la piel blanca, con pecas, orejas grandes y ojos verdes. Se
le conocía en el pueblo por sus travesuras y chistes.
Empezamos
con su historia.
Iba
caminando por la calle en manga corta; aunque hiciera frío y se encontró a su
amiga Sabrina. Esta, como es muy chinchona (que hacía de rabiar) y dura, le
dijo esto:
-
Jaimito me ha
dicho un pajarito que te estás volviendo loco.
Esta
contestó:
-
La que está loca
serás tú que hablas con pajaritos.
Como
Jaimito le dejó plantada, se fue corriendo y se encontró con su amigo Simón y
le preguntó:
-
¿Qué hora es?
Como
Jaimito no tenía reloj dijo:
-
Las carne y hueso
Y
como Simón era muy inocente, se fue llorando y Jaimito corriendo. Al día
siguiente, en el colegio (que Jaimito lo odiaba como casi todos menos Mateo, el
ojito derecho de la profe) empezaron a dar los verbos y la profesora le
preguntó:
-
Conjúgame el
verbo andar
Y
dijo muy lentamente:
-
Yo ando, tú
andas, él anda…
Respondió
la profe:
-
Más rápido
Y
contestó:
-
Yo corro, tú
corres, él corre…
Todos
los niños se rieron y le mandaron al director y con una de sus bromas le vaciló
(otra vez) así que llamaron a su madre y le expulsaron durante tres días.
Durante esos tres días, Jaimito solo comía pizza (con extra de queso) y una
gorra de bebidas con bebidas (por supuesto) de coca cola y tónica. Veía
programas de teletienda o programas de cotilleos ¿por qué?, porque se aburría
mo-go-llon, así de claro. Pasaron los tres días y volvió al colegio y de
repente, un profesor que estaba sustituyendo a la profe, ya que se había puesto
enferma y Jaimito pensó: (claro se ha puesto enferma porque yo no estaba). Y el
profesor se presentó:
-
Hola soy vuestro
nuevo maestro y mi nombre es Largo.
Y
Jaimito para hacerse el gracioso dijo:
-
Claro, muy bien,
tenemos tiempo de sobra ¿no maestro?
Y
esta es más o menos la vida de Jaimito.
JIMENA 5º B
CAMPAMENTO
DE VERANO
¡Por fin
llego el verano! La clase de 5ºB se apuntó a un campamento de verano. Lo vieron
en un cartel, ya que en ese campamento hacían cosas divertidas y graciosas.
Cuando
llegaron, deshicieron las maletas y comenzó el primer día. Había un juego que
consistía en tirarse tartas unos a otros. ¡Se pusieron pringados de tarta!
Pepito, uno
de la clase de 5ºB, le preguntó a Miguel, el profesor:
-
Miguel,
¿puedo ir al servicio?
Miguel le
contestó:
-
Si Pepito, pero date prisa.
Se fue
corriendo al baño y cuando terminó vio que no había papel, entonces cogió una
camiseta que había ahí tirada y se limpió con ella.
Fue donde
estaban todos sus compañeros y se fueron a cenar.
Todos se
fueron a la cama.
Mientras
dormían, por la noche un niño sonámbulo se levantó y tenía un calzoncillo en la
cabeza y empezó a chillar y todos los niños se despertaron. Fue Miguel, el
profesor, y les dijo:
-¿¡Chicos!?
¿Qué os ha pasado que habéis pegado ese chillido?
Y todos los
niños señalaron al compañero y Miguel se dio la vuelta y cuando vio al niño
empezó a reírse y no pudo contener la risa.
Fue una
semana divertida y toda la clase teníamos agujetas de tanto reírnos.
GLENDA 5º B
“CIEN CARLOS DEL
ARLANZA”
En un lugar del Arlanza de cuyo nombre no quiero
acordarme, no hace mucho tiempo había un científico de cabeza loca con muchos
experimentos, solo sabía mezclar cosas. Leía tantos libros sobre científicos
que no sabía ni lo que decía. Se llamaba Carlos Pintoso.
No muy lejos de allí vivía su mejor amigo Tinpote
Coleta. Vivía con su mujer y sus dos hijas. Él trabajaba en la construcción.
Un día, quedaron para tomar un café y hablar un poco
de cómo les iba y Carlos le dijo a su buen amigo:
-Tinpote ¿Qué te parece si tú me ayudas a ir en
busca de personas que necesitan nuestra ayuda y experimentar varias cosas que
encontremos?
-¡Pero Carlos, nadie te conoce ni a mí tampoco!
-No te preocupes buen amigo, me cambiaré el nombre
por Cien Carlos del Arlanza y mi amada será Pina de la Calabaza.
-Te
ayudaré todo lo que pueda, Cien Carlos.
Así pasaron días y días hasta que Carlos, es decir,
Cien Carlos del Arlanza, fue en busca de su amigo, Tinpote, para dale una gran
noticia:
-Buen amigo Tinpote, salimos mañana por la noche y
no te olvides de… llevar crema solar, por si hace sol; un saco de dormir, por
si no hay posadas cercanas; comida, por si tengo hambre; y… ¡tu excavadora!
Por la noche,
Cien Carlos del Arlanza y Tinpote, sin hacer nada de ruido cogieron su
coche y su excavadora y salieron del
pueblo.
Condujeron
y condujeron hasta que de pronto a Cien Carlos del Arlanza, se le pincho una
rueda. Vieron una posada y Cien Carlos
pensó que era un laboratorio. Tinpote le llevó el coche con su excavadora hasta
la posada. Cien Carlos le dijo al posadero:
-Buen
científico, ¿Puede usted ir a traerme hierbabuena, margaritas, agua y
pensamientos?
El posadero
pregunta:
-¿Pero, tú
quién eres?
-Pues soy, Cien
Carlos del Arlanza y este es mi ayudante, Tinpote. Y tráeme lo que os he pedido porque me lo tengo
que tomar para descansar.
- De acuerdo.
Después, cuando
se lo toma, parecía que estaba borracho y se metió en la cama que le han
dejado. Cuando se queda dormido, Tinpote y el posadero se van a hablar un poco
sobre él:
-Perdone,
posadero, está un poco loco la verdad.
-Va,
no pasa nada, ¿Y cuándo me piensa pagar?
-Ahora mismo toma.
Le entrega un billete de 50 euros.
-Gracias.
Cuando se despierta, Tintope, le había preparado el
desayuno:
-Gracias
buen amigo, Tinpote.
Después
se cambia la ropa y… se va a arreglar la rueda.
Cuando la tiene arreglada (no del todo porque en vez
de poner una rueda de coche pone una rueda de bicicleta), se van pitando de
allí.
NATALIA 5ºB