MAMADOU Y LA GOTA
En un poblado de África, vivía un niño llamado
Mamadou. Él sus amigos, todas las mañanas, iban a coger agua a un pozo cerca
del poblado. Un día fueron y no había agua. Mamadou se preocupó mucho porque
todo el poblado cogía agua de allí. Se fueron corriendo a avisar a todos:
-¡No queda
agua en el pozo!-gritaron Mamadou y sus amigos. Todos se quedaron asombrados ya
que de esa agua dependía todo el poblado.
A la mañana siguiente, Mamadou se fue a buscar agua a
otro sitio. Después de andar una hora, se encontró con una gota de agua que se
había perdido. La gota le dijo:
-Hola niño.
¿Qué haces aquí?
-Estoy
buscando agua porque en mi poblado se ha acabado. ¿Y tú?
-Yo estoy
buscando a mis amigas gotas porque me he perdido. ¿Qué te parece que tú y yo
nos juntemos para buscar el agua?
-Me parece
muy bien.
Así fue y
gracias a la memoria de la gota y el instinto de buscar agua de Mamadou
llegaron al lago donde vivía la gota. La gota y Mamadou se pusieron muy
contentos. Mamadou cogió agua pero se dio cuenta de que ahora no sabía dónde
estaba el poblado. Se despidió de la gota y se puso otra vez en marcha. Pasó
una duna y de repente estaba en el poblado. ¡El lago estaba ahí cerca y nadie
se había dado cuenta! Mamadou fue corriendo a decírselo a la gente. Desde
entonces el poblado siempre ha tenido agua.
RAÚL SANTILLÁN
La historia de una gota de lluvia.
Un día la gota Margarita se evaporó. Las nubes la
cogieron e hicieron un largo viaje hasta llegar
a chocar contra las montañas.
-¡Tengo calor! –se quejaba Margarita.
Sus amigas la consolaban:
-Tranquila Margarita, ya queda poco.
De repente, la nube, por fin, chocó contra la montaña.
Todas las gotitas tuvieron que descender por ella hasta llegar al río. En el
río se divirtieron mucho porque la corriente les hacia cosquillas.
-¡Ahora llegaremos a la fase de desembocar! –gritaban las
gotitas.
A la gota
Margarita no la gustaba desembocar porque
después tenía que ir al mar y no le gustaba nada. El mar está salado y
ellas son de agua dulce. Pero ellas no pudieron hacer nada y como siempre
llegaron al mar.
Cuando llegase el verano se volverían a evaporar y
volvería a empezar toda la vuelta, que es el ciclo del agua.
LucíaMuñoZ
Las Tres Gotitas
Había
una
vez, tres gotitas que eran hermanas gemelas. Se llamaban Blip, Blap y Blop. Blip era una gota de agua
dulce, Blap era de agua salada y Blop era una gota de agua potable. Ellas vivían
en una pequeña ciudad llamada
Gotanca.
Sus familiares les informaban de lo que pasaba
por el mundo, les decían que todo iba perfectamente, hasta que un día les
informaron de que en África todo iba fatal: cada día allí morían casi más de la
mitad de niños por no poder beber agua.
Las
tres gotas se preocuparon mucho, hasta que Blip la gotita de agua dulce tuvo una
idea buenísima.
Blip
le dijo a sus hermanas:
-Chicas,
tengo una idea ¿por qué no nos separamos y cada uno vamos por un camino para
llegar a África?
Blop
respondió:
¡Es
una idea super buena! Blip ira por el río, Blap por el mar y yo… ¡Yo ire de
fuente en fuente!
Las
tres gotitas se despidieron y cada una fue por su camino.
Pasaron
dos días hasta que las hermanitas se volvieron a ver. Blap era la más miedosa de
sus hermanas así que tenía mucho miedo; Blip era la más lista así que se las
arregló y llegó a África. Más tarde,
llegó Blop. Solo faltaba Blap.
-¿Por
qué no llega Blap?
se
preocupó Blip.
-No
sé, ¡ay madre, no le teníamos que haber dejado sola a Blap!
Es
una gotita muy miedosa, ¿y si no llega?
-Confío
en ella, ¡llegará! ya lo verás.
Pasó
un día más y Blap llegó y se pusieron super contentos.
Se
pusieron manos a la obra y ayudaron a todos los niños de África.
La
gota de agua dulce Blip, sirvió para que se bañaran,
la
de agua potable para que bebieran y la de agua salada sirvió para sacar la sal y
poder cocinar con ella.
Hicieron
un gran trabajo, y desde aquél día se convirtieron en unos grandes
superhéroes.
Cada
vez que alguien necesitaba ayuda con el agua… ¡Llamaban a SUPER Blip, SUPER Blap y a SUPER
Blop!
KRISTINA
NORA, LA GOTA DE AGUAKRISTINA
Nora era una gota de agua que vivía
en una nube con su familia y con sus amigos.
Un día en las clases estuvieron
hablando sobre como iba a ser el viaje a la Tierra porque se estaba acercando
el otoño.
Todas las gotitas de agua estaban entusiasmadas
de cómo iba a ser.
El profesor les explicó que iba a
ser un viaje duro.
Una gota llamada Emma le preguntó
al profesor que si les podía explicar cómo era la Tierra. El profesor le dijo que no eran todos los lugares iguales, dependería de
la parte en la que cayesen, Existen lugares que son auténticos paraísos, otros
están llenos de edificios y de coches; unos lugares están limpios, pero en
otros lugares…
Nora se quedó con
la duda e insistió en que se lo dijera.
El profesor le
dijo que las gotas de agua, es decir, nosotras somos imprescindibles para unos
seres, los seres humanos que viven gracias a una gran parte de nosotros.
Algunas veces cuando nosotros bajamos a la Tierra los humanos nos mezclan con
productos químicos y se forma el agua contaminada y pocas de nosotras sobrevivimos.
Gran parte de nosotras volvemos a las nubes pero otros formaremos parte de los seres vivos.
Las compañeras de
Nora estaban muy asustadas pero Nora estaba muy entusiasmada porque sabía que
iba a ser algo importante para los seres humanos, que iba a ser muy feliz y
tener muchos amigos. Pero, sobre todo, lo que más la emocionaba era pensar que
algún día volvería con su familia a formar parte de una nube.
EL POZO DE LA VIDA
África era
una niña que vivía en Madagascar. Allí veía como sus amigos morían de
deshidratación por falta de agua potable.
Ella habló con su profesora, para ver qué podía hacer.
Se puso en
contacto con una escuela de Lerma a través de una ONG. Desde el colegio de Lerma conocieron la situación en la que vivían aquellos niños y decidieron ayudarles puesto que ellos podían.
Hicieron varios actos y
colectas entre toda la comunidad y con el dinero que se recaudó se financió la construcción de un pozo para dar agua al pueblo de Madagascar. Cuando empezaron los
trabajos, la gente se mostraba incrédula, pero al finalizar y ver brotar el agua, los habitantes de aquel lugar estallaron de
alegría.
Los
recursos del pueblo aumentaron y la calidad de vida mejoró,
gracias al agua que les sirvió para vivir y poder producir alimentos
África
estuvo muy agradecida al colegio de
Lerma. Desde entonces mantienen contactos con Madagascar y el colegio de Lerma,
están orgullosos de haber podido colaborar.
ANDRÉS
VIOLETA Y AÑIL
Érase una vez una
gota de agua llamad Violeta. Violeta era una gotita muy brillante, amable y
simpática que nació un lunes 12 de junio a la hora del rocío. Cayó sobre una
gran rosa blanca que la resguardó hasta que un ratito después cayera en la
misma rosa otra gotita. Esta otra gotita se llamaba Añil. Añil también era
brillante, amable y simpática, pero además era un poco traviesa.
Violeta y Añil se
despidieron de la rosa y se deslizaron hasta llegar a un riachuelo que bajaba
por la montaña hasta llegar a un pueblo. En el pueblo vieron un montón de
animales: conejos, corzos, ardillas, salamandras, jabalíes…
Una noche mientras
Violeta dormía, Añil se levantó y penó en hacerle una broma gorda. Llamó a un
cangrejo que estaba dormido en una piedra y le dijo: -Dile a esa gota de agua
que es mi amiga que me he muerto.-
El cangrejo fue donde Violeta y se lo dijo.
Ella se plantó delante de Añil muy seria pensando que era una broma pero al ver
que su amiga no despertaba, se la saltaron las lágrimas. En ese momento, a Añil
se le escapó una risita y entonces Violeta se enfadó con ella, pero
sabiendo que Añil era muy, muy traviesa y no podía parar de hacer travesura, la
perdonó.
A la mañana siguiente continuaron su camino por el riachuelo que fue convirtiéndose en un gran río que, además pasaba por una gran ciudad. En la
ciudad vieron muchas personas, animales (más bien perros y pájaros),
monumentos, casas… etc. El gran río continuó su curso hasta llegar al mar.
Allí Añil y
Violeta también vieron animales y se lo pasaron muy bien con los delfines pero
su peor momento fue cuando vino un gran tiburón blanco que casi se las come. Lo
pasaron fatal pero a pesar de eso, ese ahora era su hogar en el cual vivieron felices hasta que una mañana un fuerte sol las convirtió en vapor de agua y las subió hasta una gran nube que las recibió con los brazos abiertos. En este momento comenzaba una nueva aventura para las dos amigas.
KAREN
ROB Y TOB
ROB Y TOB
Érase una vez un perro llamado Rob y un pájaro llamado Tob. Estos dos eran muy amigos y además los dos pertenecían a una señora vieja y rica llamada Lucrecia .Un día Lucrecia murió y como no tenía familiares sus pertenencias se subastaron.
A Rob y Tob les compró un señor llamado Lucas. Al principio Lucas era muy majo pero, al cabo de 3 o 4 meses abandonó a Rob y Tob estos fueron al bosque y allí se perdieron. Encontraron comida, refugio, pero lo que más necesitaban que era el agua no lo encontraron. Se pasaron horas y horas buscando un arroyo, río, charco… hasta que cinco horas de búsqueda la encontraron en un río rebosante y la cogieron
Rob como era tan listo dijo nada más encontrar la preciada agua: “el agua es a la vida como la sequía a la muerte”.
MIGUEL