HIPÓMENES
Y ATALANTA por MENCÍA ROMÁN
Era una
joven doncella
que corría
como una centella.
Se pasaba
el día corriendo,
como si la
empujara el viento.
Atalanta se
hizo atractiva
Al cabo de
varios meses
tuvo muchos
pretendientes.
Eran todos
tan pesados
que fueron
todos retados.
Tan segura
estaba de ganar
que una
lanza les puso de ventaja.
Hipómenes
un día apareció,
y el reto
de derrotarla aceptó.
La campana
sonó
y los dos
corrieron veloz.
Hipómenes
que era más lento
ideó un
invento.
Tres
manzanas de oro tiró
y su
atención desvió,
y con ello
la carrera ganó.
Se casaron,
fueron felices,
y comieron
perdices.
HIPÓMENES Y ATALANTA por HENAR CAMINERO
Atalanta
feliz estaba,
e
Hipómenes a ella miraba.
Todos
sus pretendientes,
de
sus carreras estaban pendientes.
Al
mejor corredor,
ella
le daría su amor.
Hipómenes
la quiso desafiar,
Y luego con ella poderse casar.
El
joven la carrera comenzó,
pero
Atalanta rápido le alcanzó.
Como
Hipómenes iba perdiendo,
una
manzana arrojo sonriendo.
Atalanta
al verla la cogió,
e
Hipómenes entonces más corrió.
En
unos segundos la rápida atleta ya ganaba
e
Hipómenes otra manzana tiraba.
Con
ello él se puso contento
pues
ella se paró un momento.
Pero
Atalnta apareció
e
Hipómenes atrás volvió.
Su
última manzana dejo rodar
Y
así a ella poder adelantar.
Como
estaba muy atento
a
meta llego sin aliento.
Y
Atalanta con él se casó
y
para siempre le amo.