EL BALLET
LA UNIÓN EUROPEA
LOS CINCO SENTIDOS
EL ÁGUILA REAL
RETUERTA
Entró en la casa y no le fue difícil esquivar todas
las trapas. Más tarde, encontró la poción. Entonces el vampiro que le estaba
siguiendo, le acorraló en una arista. Se estaba acercando lentamente,
estaba a punto de robarle la poción, pero antes de llegar, piso una tabla rota,
y cayó a un pozo sin fondo. El hechicero aprovechó esa ocasión para escapar de
la casa.
Había muchas cosas: Una bola de petanca, un
palo de golf, una aspiradora, un tablón de madera… El que cogió la aspiradora
fue a atrapar al fantasma y al aspirarle todos las demás monstruos fueron a
atacar a aquel niño y al ver que su amigo estaba en peligro todos los demás
niños menos una fueron a proteger a su amigo, el que se quedó era el que tenía
la bola de petanca, se la lanzó al vampiro antes de que le chupase la sangre a
su amigo, pero al darle sonó metálico y se dio cuenta de que era un robot.
Los amigos no hicieron caso del
aviso de ese hombre y continuaron
pidiendo caramelos por el barrio, hasta que llegaron a una casa muy rara, solo
en esa casa caían relámpagos y se sentía una presencia extraña a su alrededor. Los
niños llamaron al timbre, pero nadie contestó. Cuando decidieron irse, porque
nadie contestaba, se abrió la puerta y cuando los amigos fueron a pedir
caramelos de nuevo nadie estaba tras la puerta así qué decidieron entrar ellos
mismos. Nada más entrar la puerta se cerró de golpe y unos candelabros empezaron
a flotar y una sombra oscura se acercó a ellos. Al final la casa encantada era
su casa muy adornada y la sombra eran sus padres muy enfadados que querían
darles una lección por haber vuelto más
tarde de las nueve. Y os preguntareis
quién era el señor extraño que les dijo que no fueran por ese barrio, era el
tío Pepe que también quería darles una lección por haberle escondido la
dentadura postiza.
Después de correr un buen rato llegó un punto en el
que nos cansamos mucho y decidimos escondernos, cada uno quería ir a un sitio a
sí que nos separamos, ya sabíamos dónde nos íbamos a esconder todos, lo dijimos
por si acaso necesitábamos ayuda .De repente oí un grito, sonaba muy cerca,
decidí irme, porque igual me pillaban, me fui a otro sitio y pensé de quien
había sido el grito y oí una voz que sonaba muy bajita… ¡Tú, ven! Me di la
vuelta y era mi amigo.