El
mono y el pequeño elefantito
En un campo
había muchos animales; entre ellos se encontraban elefantes. Todos los elefantes se
sentían orgullosos y despreciaban a los animales que eran más pequeños que ellos.
Un día, un
joven elefantito encontró a un mono que tenía una herida en la cabeza.
Entonces le
dijo:
-Habrá que lavarte
y curarte la herida para que las moscas no te piquen ni se te infecte.
Allí no había
agua. De repente, el elefante recordó un lago, le cogió con la trompa y le
llevó hasta el lago pera curarle la herida.
Cuando el
mono despertó, el elefante le preguntó:
-¿Estás bien,
monigote?
El mono le
respondió que sí y le dio las gracias por haberle curado.
El elefante
empezó a tener mucha hambre y se puso a buscar comida.
-Si quieres,
- dijo el mono – te llevo a donde hay
una enorme acacia.
-¡Bah! - dijo
el elefantito. -Solo quedarán los frutos de arriba y allí no puedo cogerlos.
-Yo los alcanzare por ti -
respondió el mono. Y así fue. Cuando llegaron a la acacia el mono se subió a la
rama que más frutos tenía y sacudió la rama hasta que todos los frutos cayeron.
El elefante se puso a comer muy contento y el mono también muy contento al ver
que su amigo también saciaba el hambre.
Desde entonces los elefantes y
los monos se ayudan siempre que se encuentran. Los monos tiran los frutos de las ramas más altas
y así no tienen que pasar hambre los
elefantes.
Y fueron amigos para siempre
.
Jorge González