martes, 26 de noviembre de 2013

CUENTO CON SIETE PALABRAS


PERDIDAS EN LA MONTAÑA
 
 
               Un día Vanesa y su compañera Verónica fueron de excursión con su colegio a una montaña de la Sierra de Gredos. Mientras sacaban fotos se perdieron. En esa zona había mucho silencio y hacía un viento otoñal. Vanesa sacó su brújula de la mochila pero no funcionaba, la aguja giraba todo el tiempo. Al atardecer vieron una cueva cerca de unas rocas cerca de una pradera y acamparon allí. Pasaron mucho miedo, sabían que en esas montañas había muchos animales salvajes y tenían mucha hambre.

 
            Por la noche, mientras dormían, oyeron aullidos, pisadas, ruidos... Pensaron que era un lobo. Las dos amigas se abrazaron porque tenían mucho miedo. Verónica sacó una linterna de su mochila y salieron de la cueva muy asustadas. Investigaron y vieron una sombra y ruidos muy raros que se acercaban hacia ellas. Las dos se pusieron a chillar pero cuando apuntaron con la linterna hacia las pisadas que se oían vieron que era una cabra montés. La pobre cabra se asustó más que ellas y se fue corriendo. Aún así se fueron a dormir con mucho miedo.
 
        Al día siguiente, tenían mucho hambre y frío. Pensaban que nadie las encontraría, pero de repente, apareció un helicóptero de rescate. Empezaron a saltar para que las vieran y por fin fueron rescatadas.
 
Todos se pusieron muy contentos de volverse a ver.
 
LYDIA TEMIÑO
 
 

 
 
 
VISITA A LA MONTAÑA


          Es una tarde otoñal, de esas que son tan bonitas en nuestra tierra. Manuel y su compañera deciden hacer un poco de montaña.


   Lo primero que piensan es :" Necesitaremos una pieza muy importante para todos  los que deciden hacer montañismo".


- ¿Cuál es esa cosa tan importante?


- Una brújula.


          Empiezan a caminar bien equipados de botas. El día está silencioso. No se oyen ruidos. Algún pájaro pasa volando. Cruzan un río y el agua está transparente. Al otro lado del río aparece una pradera. Deciden descansar.


         Tienen que darse prisa porque empieza a atardecer y pronto llegaría la noche.


        Es el momento de tomar una decisión: Continuar o regresar.


         Manuel le dice a su compañera:


- No te preocupes, no tengas miedo, vamos muy bien equipados y además tenemos la brújula que nos puede ayudar.


        Su compañera prefiere volver y dejar la montaña para otro día.


IKER MARTÍNEZ