EL PERRO LLORÓN QUE ACABÓ
SIENDO UN CAMPEÓN por Mireya Temiño
Había
una vez una niña que se llamaba Clara. Era muy simpática con una sonrisa
siempre en su cara. Su pelo era pelirrojo y sus ojos azules como el mar. Iba
vestida con una camiseta verde con un gigante corazón rojo y una falda azul.
Vivía en una casa muy bonita cerca de un parque con muchos árboles y columpios.
Lo
que más le gustaba era ayudar a la gente, patinar y hacer pasteles.
Un
día después de salir del cole, decidió ir a dar un paseo por el parque. De pronto
se encontró con un perro llorando desconsoladamente.
- -
¿Qué
te pasa, perrito? Dijo Clara.
- -
Nada,
déjame en paz. Contestó el perro.
-
- No te
enfades, solo quiero ayudarte.
- -
Es que
nadie quiere jugar conmigo. No puedo correr porque estoy cojo.
Entonces
Clara tuvo una idea genial. Decidió ir a su casa a por sus patines y a por
otros que no la valían.
Cuando
regresó todavía seguía el perro en el mismo sitio llorando.
- ira
perrito, he tenido una idea genial. Te enseñaré a patinar. ¡Deja de llorar y a
entrenar¡
Al
principio se estrellaba contra todo: las farolas, las papeleras, los bancos…
Pero al final consiguió patinar como un campeón.
Un
día un señor sorprendido al ver todo lo que sabía hacer el perrito, se acercó y
dijo:
-
Soy el
director del programa “Mascotas divertidas”. ¿Querrías participar en él?
-
- Siiiiiiii,
dijeron.
Así, Clara y el
perro, se hicieron muy famosos y todos los niños querían juga con ellos.
MORTADELO
Y
FILEMON
por Nabil El Marzouki
por Nabil El Marzouki
Un día muy caluroso, en la T.I.A, el señor Súper compró un súper ventilador que vale 4.000 dólares. Pero el Súper se dio cuenta que si vendrían Mortadelo y Filemón se lo romperían. Entonces lo guardó en un lugar seguro.
Mortadelo oyó todo y fue corriendo a decírselo a Filemón.
__ ¡Jefe, Jefe, Jefe!
__ ¿Qué pasa? Contestó Filemón
__Pues que el señor Súper ha comprado un súper ventilador y…
Contó todo a Filemón y decidió hacerle una trampa que era:
1. Llamar al Súper, haciéndose pasar por el vendedor de la tienda donde había comprado el ventilador.
2. Le diría que ha habido un problema con esa venta y tiene que devolver el producto.
3. Le dice donde dejar el ventilador, que será la dirección de Filemón.
4. Mortadelo y Filemón cogerán el ventilador y disfrutaran de él.
Por la mañana, comenzaron el trabajo como si nada. Pero de repente el señor Súper vio a Mortadelo y Filemón disfrutando de su ventilador. El SUPER se enfadó y tiró el ventilador por la ventana. Pero no era el verdadero ventilador. Al final Mortadelo y Filemón no ganaron nada pero el señor Súper sí, porque se quedó en su oficina con el ventilador que era verdadero.
EL TRABAJO JUSTO A TIEMPO por Alberto Barbero
Erase una vez dos niños llamados
Ezequiel y Lucas. Tenían 10 años.
Ezequiel era rubio y con los
ojos azules. Aunque tendría 10 años era bajo. En cambio Lucas era moreno, con
los ojos verdes y era alto. Ismael también tenía 10 años. Era pelirrojo y tenía los ojos de color marrón, Ismael era
pequeño y no le caí nadie bien. Ismael era un niño de la clase de Ezequiel y
Lucas.
Un día el profesor de Ezequiel y
Lucas mandó un trabajo que tenía que ser en parejas de dos. También dijo la fecha límite de entrega, que
era un mes. El premio al mejor trabajo era no ir un día a clase, en lo que
quedaba de clase podían empezar a hacerlo. Lucas y Ezequiel se pusieron de
pareja, pero Ismael protestó porque nadie quería ponerse con él.
Como no se ponían de acuerdo el
profesor hizo los grupos. Lucas y Ezequiel tuvieron suerte y les tocó juntos.
Pero Ismael se enfadó y dijo que iba a hacer lo imposible para que no
entregarían el trabajo a tiempo. Lucas y Ezequiel quedaban en la biblioteca o
en casa de alguno de los dos para que no les molestaría Ismael.
Al final Ezequiel y Lucas
quedaron para quitarle el trabajo de Ismael pero no encontrarón nada. Al día
siguiente cuando tocó lengua presentaron todos los alumnos menos Ismael porque
no tenía el trabajo hecho. Así que le pusieron dos negativos por no hacer el
trabajo y el premio lo ganaron Lucas y Ezequiel.
LA BRUJA Y SU GRAN AMIGA por Laura Díez
Había una vez una bruja que estaba haciendo magia. Un
día se levantó y se puso a pensar –¡Qué
aburrido es esto de hacer magia todos los días. Dijo la bruja. Tuvo una gran
idea de irse a la convención de brujas.
Se
fue en su escoba mágica. Al llegar se dio cuenta que su escoba mágica la había
llevado al mundo de los humanos no a la convención de brujas. Luego pasado un
rato se sienta en un banco, y de repente una chica se sienta con ella en el
banco. Y le pregunta:
- Hola ¿Cómo te llamas?
-Yo me llamo Matilda. Responde la bruja.
-¿Y
de dónde vienes? Le pregunta la chica
–Vengo del mundo de las brujas. Responde la bruja.
La chica se echa a reír porque no se lo cree. Luego la chica la
invita a su casa, y la bruja le responde que sí. Llegan a su casa y se sientan
en el salón. Comienzan a hablar. Pasado un rato hablando, entre
risas y carcajadas, le dice la chica a la bruja.
-Yo no creía en las brujas pero ahora con todo lo que me has contado me
lo creo todo.
Pasado un tiempo Matilda y la chica se hicieron muy buenas amigas
y Matilda le dice que menos mal que su
escoba mágica se ha equivocado y la trajo a ese mundo, porque sino no hubiera conocido a la chica, Matilda está
súper feliz de la amistad tan bonita que tiene con la chica.
FIN
En una granja de Estados Unidos, nació un pequeño labrador.
Tenía ocho hermanos, hasta que dos de ellos fallecieron.
La hija del granjero quería quedarse con todos. Pero solo le
dejaron elegir a uno. A todos los demás les metieron en un saco, y les llevaron
a la perrera, donde pasaban hambre y mucho frío.
Poco a poco se iban llevando a sus hermanos para trabajar en
grandes granjas.
Cada noche soñaba con salir de aquel sitio.
Hasta que un día, vio a lo lejos a un niño y a una niña que
corrían hacía él gritando. Le abrieron la puerta la puerta y le cogieron en
brazos. No volvió a ver la perrera. Le llevaron a una casa con un inmenso jardín, y una piscina enorme en la
que se metía en verano con sus dueños, que le llamaron Paul. Nunca se hubiese
imaginado que llegaría a querer tanto
aquellos niños.
EL CARACOL Y
EL LOBO
por Adán Rodríguez
Hace mucho mucho
tiempo, cuando se iba con carro y caballo a todas partes, en un pueblo había un
señor que tenía un montón de caracoles.
Aquel hombre estaba un poco gordo y tenía un
hermoso pelo largo y castaño. Vestía una camisa rosa de cuello alto y unos
vaqueros.
Vivía en una casa algo pobre y sus caracoles
en el jardín. Los caracoles vivían felices jugando y comiendo verduras.
Un mal día, vinieron unos lobos del bosque
al pueblo. Ese día había mercadillo y el hombre y sus caracoles salieron a
comprar. Los lobos se encontraron con los caracoles y el hombre. El más
valiente de los caracoles le retó a una carrera a los lobos, porque no paraban
de molestar a la gente. El caracol les dijo que si ganaba se largarían, y si
ganaban ellos se quedarían en el pueblo. Ellos aceptaron. La carrera sería al
día siguiente a las doce del mediodía.
Al día siguiente los lobos se presentaron.
El juez fue el amigo de los caracoles. El valiente caracol se puso en posición
de correr mientras que los demás caracoles se ponían a un metro delante del
anterior, así hasta que el último se puso al lado de la línea de meta.
El juez gritó ¡YA! y empezaron la carrera.
Todos los caracoles fueron avanzando hasta que el último llegó a la línea de
meta antes que el lobo. Los demás de su especie se quedaron alucinados y se
largaron corriendo.
Así consiguieron que no se acercasen al
pueblo nunca más.